EL EDIFICIO: LA SALA CAPITULAR

PLANTA: Fundación Santa Mª la Real (https://www.santamarialareal.org)


Tras la visita a la iglesia, atravesamos una sacristía de planta cuadrada que nos lleva hacia la sala capitular. Se cubre por una sencilla bóveda apuntada reforzada con un arco fajón y muestra en el muro un espacio para un “armarium” donde se guardarían los libros y otros objetos destinados al culto. 



Actualmente se debate la fecha de construcción de esta sala capitular, que unos autores consideran contemporáneo a la cabecera y que, para otros, podría ser ligeramente anterior. Mª Teresa López de Guereño, la principal especialista sobre arquitectura premostratense (es posible acceder a sus publicaciones desde la pestaña superior ASOCIACIÓN > WEB AMIGAS), defiende la idea de la existencia en Santa Cruz de una construcción de época anterior a la llegada de esta Orden, que sería modificada y ampliada en la nueva etapa. Ello explicaría la existencia de elementos claramente románicos, por ejemplo las paredes de la sala capitular, con su puerta en arco de medio punto y sus ventanas geminadas, que en esa primera etapa estaría cubierta por madera.


En esta sala se reunía a primera hora de la mañana el conjunto de los monjes junto con el prior. Se sentaban respetando su jerarquía, y escuchaban la lectura de un capítulo de la Regla. Luego confesaban públicamente las faltas que hubieran podido cometer y se procedía al reparto de las tareas diarias. 

 

El diseño del espacio deriva de esa función. Es ligeramente rectangular y está rodeada por un banco perimetral, aunque ha perdido el pavimento, que podemos imaginar de losas de piedra. Se cubre con nueve bóvedas de crucería de gruesas nervaduras, que descansan sobre cuatro columnas situadas en el centro del espacio. El otro extremo de los nervios lo hace sobre semicolumnas pareadas adosadas a los muros, y sencillas en los ángulos.


 

La Sala Capitular sorprende por su conjunto de capiteles que la convierten en una de las más bellas construcciones del románico palentino, pese a que el expolio sufrido por el edificio ha supuesto la pérdida de alguno de ellos. Aunque una parte presenta diseños vegetales de inspiración cisterciense, los más destacados son los que tienen carácter figurado que los premostratenses nunca rechazaron. Mientras aquellos tienen básicamente una función decorativa, estos últimos deben ser leídos en clave simbólica para recordar a los monjes constantemente la fatal atracción del mal. 




Así, en uno de ellos aparecen pequeñas figuras de leones que no pueden librarse de una zarza que los atrapa, como aviso de lo fácil que resulta caer en las garras del pecado. Otros dos muestran la peligrosa belleza de los grifos, animales mitológicos mitad águila y mitad león, que se consideraban figuras positivas y se colocaban en puertas y ventanas como protectores. En uno de los mejor conservados, reconocemos dos arpías encapuchadas, seres maléficos con rostro de mujer, cuerpo de ave y cola de serpiente, que recordaban la necesidad de huir de los vicios que representaban.



 

Pero de todos, el más bello es el situado junto a la jamba izquierda de la puerta que da paso a la sacristía, donde se representa una escena de combate entre dos caballeros con armadura. Ambos usan un escudo normando con forma de lágrima, pero uno de ellos ataca con una lanza y el otro se defiende con una espada. Se trata de un tema que había tenido gran difusión en el siglo XII y que servía para representar el enfrentamiento entre las virtudes y los vicios en el alma del ser humano, conocido como “psicomaquia”. Este capitel se completa en sus laterales con una imagen del  Buen Pastor y con un soldado alanceando a un león alado, que podría representar a San Jorge.



Desde la sala capitular podemos acceder a los restos de la panda o galería oriental del claustro, que fue la primera parte construida del conjunto claustral. Lo haremos a través de una portada flanqueada por dos ventanas geminadas apoyadas en columnas pareadas. En una de ellas puede leerse una inscripción (“FRATER FRANCISC”) de oscuro significado pero que algunos autores han considerado, sin demasiado fundamento, como una firma del arquitecto. Los tres vanos utilizan aún arcos de medio punto.




En la restauración concluida en el verano de 2022 ha sido colocado de nuevo en su lugar, adosado al muro este de la sala, un capitel de temática vegetal que conservaba el  Museo Diocesano de Palencia.


FOTOGRAFÍAS: ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL MONASTERIO DE SANTA CRUZ DE LA ZARZA



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